14 de diciembre de 2007

LAS TORTUGAS TAMBIÉN VUELAN

Producida, escrita y dirigida por Bahman Ghobadi.

Hoy voy a escribir de una película que lleva tiempo rondándome la cabeza, y que me dejó una profunda huella.Una de esas que te marcan para siempre, por la dura realidad que aparece, con los niños como protagonistas.Pequeños desconocidos protagonistas en la realidad, y actores en la ficción en la que podría ser la interpretación de sus propias vidas.

La ví en televisión, en La 2. En esa cadena que ve poca gente y que es donde echan cosas culturales,documentales...y no hay cotilleo.

Me la encontré por casualidad, y la verdad es que me marcó.Posiblemente la película que más me ha impresionado en mucho tiempo. Está claro que a menudo la realidad supera a la ficción.
Os la recomiendo sinceramente.
Espero que la vea cuanta más gente mejor, para apoyar a que directores como Bahman Ghobadi sigan haciendo películas que dan a conocer al mundo la dura realidad de su pueblo.Y por supuesto para crear una masa crítica de conciencia colectiva, que actúe para que historias como éstas terminen formando parte del pasado y no sé repitan.







Así describen la película en la web: www.cuantoyporquetanto.com

SINOPSIS

Un chico mutilado, su hermana y un niño pequeño, llegan a una colonia de refugiados kurdos, en la frontera entre Irán y Turquía. Sus habitantes sobreviven recogiendo las minas antipersonas que siembran el lugar y viven pendientes del inicio de la guerra entre Iraq y Estados Unidos.

LA HEMOS VISTO Y NOS PARECE QUE...

Tercer largometraje de Bahman Ghobadi. La película es más bien un documental ficcionado, en el que se refleja la lucha diaria por la vida del pueblo kurdo asentado en Irán. Los protagonistas son la población infantil y juvenil, que son los más afectados por los desastres de la guerra: han pedido su infancia y tienen que luchar por la vida como si fueran adultos.

El propio Bahman afirma que los niños de esa región nacen ya con veinte años. En "Las tortugas también vuelan" se muestra el sufrimiento de un pueblo, que vive en una situación de miseria absoluta, a consecuencia tanto de sus dictatoriales gobernantes, como de la interesada intervención internacional. Se muestran las nefastas consecuencias que la guerra tiene para los pueblos. Los protagonistas de la película son niños refugiados kurdos en realidad y algunos de ellos son incluso mutilados de guerra. El chico que llega con su hermana no tiene brazos, el hijo de esta última tiene graves problemas visuales y a uno de los habitantes del poblado le falta una pierna. El director comentó que, tras el rodaje, se interesó por mejorar la salud de todos ellos. Ha conseguido que sean operados, con lo que han mejorado ostensiblemente su situación vital.

Esta película hace reflexionar al espectador sobre las injusticias que la guerra comete con las personas inocentes. Muestra la miseria absoluta que domina esa zona de la tierra y se muestra pesimista sobre el futuro, pues no parece encontrar ninguna solución posible al problema.

Bahman Ghobadi suele mostrar en sus filmaciones, lugares y personas que sufren, para así tratar de mejorar su situación al denunciarla, o por lo menos enseñarla al mundo.

(Alberto Pérez)

LA HEMOS VISTO Y NOS PARECE QUE...

Hay veces que el cine documental, el realizado en países que podríamos denominar exóticos sino fuese por el cruel eufemismo que generaríamos debido a la complicada situación que viven, hay veces, decía, que ese cine se engrandece, emerge en mayúsculas y enamora a los que contemplamos la gran pantalla siempre escudriñando detalles que nos hagan deleitarnos en algún insospechado detalle: el sonido del agua de un estanque, un personaje que huye por un páramo en una puesta de sol, un plano de unos ojos que lo dicen todo sin emitir un solo sonido... La belleza aparece sin avisar en algunas de estas películas y lo suele hacer en contraste con unas historias que a veces parecen despiadadas y que apuntan a la línea de flotación de nuestra conciencia occidental de solidaridad, cristianismo militante o de ONG. Las Tortugas También Vuelan provocan todas esas sensaciones siempre mezclando ese aroma exótico con el agrio hedor de la miseria humana encarnada en el sufrimiento del pueblo kurdo.

Bahman Ghobadi retrata con toda la crudeza este paradigma realista de lo que es la vida de un pueblo en perpetuo exilio en los albores del derrocamiento del régimen de Sadam Hussein por las tropas norteamericanas. Independientemente del posicionamiento político frente a la situación e historia reciente del pueblo kurdo, que lo hay, Ghobadi prefiere narrar las condiciones de vida de un grupo de chavales en un campo de refugiados, unos chavales que no son niños y que se comportan como adultos aunque tampoco lo sean. La crudeza de alguna de las historias de estos jóvenes es muchas veces desgarradora, sin que se haya escatimado en detalles que nos pueden parecer que superan ciertas convenciones a la hora de apelar a la emotividad. Pero todo parece justificado bajo ese triste halo de realismo, donde cabe poco lugar para la justicia poética. No obstante, el film tiene elementos que hacen posible su deglución. Son píldoras de sentido del humor, algunas historias de estos niños adultos que apelan a una infancia diferente o la belleza de algunos de sus planos que relucen como una sardina muerta en un cubo de basura.

Otro prodigio a destacar del film es el excelente casting de chavales que lo dan todo delante de la cámara, y de los que se intuye que en su vida real han sido participes del sufrimiento que les toca representar en la película. La pandilla encabezada por Satélite, todo un personaje con dotes de mando dentro de esta especie de ciudad de muchachos, incluye a pequeños actores mutilados por el trabajo retirando minas antipersona que rodena sus asentamientos. A parte de mostrar sus habilidades motrices pese a sus mutilaciones, estos pequeños hacen una auténtica exhibición de espontaneidad realista en la película e incluso son capaces de mostrar y provocar las más profundas emociones.

Por último, queda resaltar el tono reivindicativo del film, que además puso de manifiesto el director en la rueda de prensa que dio en Madrid, de manera bastante efusiva. Ghobadi es consciente de que la película se verá en occidente, gustará y se olvidará. Pero aún así, no esta mal la apelación a que no obviemos la existencia de chavales como Satélite que siguen existiendo y sufriendo por conflictos cercanos y cuyo interés depende de las agendas informativas de los medios.

(Daniel Vega)


1 comentario:

CABRAS dijo...

Hola. He estado leyendo tu artículo sobre el filme de Bahman Gobhadi. Lo dieron en la dos hace una semana y pico si mal no recuerdo, es cierto. Pena que la dos no apueste por el cine de verdad como lo hacia antes, pero bueno, al menos no dan cotilleos.
A mi me gustó mucho y me marcó ¿Cómo no iba a marcar un cine que te muestra aspectos de la realidad que son inevitables? El entrecruzamiento de las vidas de Satelite y Agrin, "el adivino" y el hijo de agrin, es muy importante. El filme parte desde la visión de la infancia pero el peso del mundo adulto se impone en él, la guerra es inminente; el final es destrozador, pero real, nada utópico.

Otro director de cine Iraní que es pura poesía el verlo es Abbas Kiarostami. Filmes como ¿Dónde está la casa de mi amigo?, Y la vida continua, a traves de los olivos... ect ect, son filmes de una dignidad tremenda, con un estilo muy particular y muy llano, esto es humilde.

Seguiré leyendo tu blog... yo tambien tengo uno que trata sobre cine echale un ojo si quieres, un saludo... este es el enlace www.cineojoreaccion.tk


saludos.

cabras.